En una noticia publicada en el día de hoy, Ignacio Diego ha manifestado que el archivo "por prescripción" de su presunto delito de cohecho en un balneario de Oviedo en 2010 refuerza "su trayectoria de honestidad".
A raíz de esta comparecencia, ha sido cuestionado también por su próxima declaración en el caso #PreguntarNoEsDelito y ha aprovechado para dar una vuelta de tuerca más en la campaña de criminalización contra los jóvenes, afirmando que en su acto 'Tengo una pregunta para usted' se le intentó "impedir ejercer democracia". Como lo oyen, si aquel día quiso quedar bien ante los medios reconociendo que había solicitado al vicerrector que se nos permitiera la entrada porque "flaco favor se le hace a la democracia" impidiendo el acceso, hoy da un nuevo giro argumental y resulta que los que impedimos "ejercer democracia" fuimos los jóvenes que aquel día sufrimos discriminación en el acceso al acto público y hoy nos enfrentamos a penas de hasta 12 años de cárcel.
Como colofón, ha afirmado que los que le invitaron son "los estudiantes de verdad". En este contínuo proceso de inventar una neolengua, ser estudiante ya no es cuestión de participar como alumn@ en el ámbito educativo, de intentar acceder a un acto presentando la Tarjeta Universitaria, de tener espíritu crítico y defender el derecho a la Educación Pública. Para Ignacio Diego, sólo son estudiantes "de verdad" los que practican el seguidismo con el poder político, que ya vieron los periodistas que pudieron entrar cuántos eran en aquella sala semivacía.
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