Los vídeos compartidos, que podéis consultar aquí, corroboran el relato de los hechos que expusimos desde el primer momento: aquel día se nos
prohibió el paso de forma absolutamente impropia de una universidad, esto dio lugar a una protesta legítima
en defensa de la Educación Pública, sufrimos agresiones gratuitas de la escolta
del Presidente y ahora un proceso judicial injusto basado en flagrantes
manipulaciones de los hechos
Manipulaciones que,
por sus relatos coincidentes ante el juez o las facturas falsas
presentadas, parecen haber sido diseñadas desde el poder. Hay que
remarcar igualmente que algunas de estas falsedades son
especialmente graves al provenir de miembros de las fuerzas y cuerpos de
seguridad del Estado, a las que el sistema judicial atribuye presunción
de
veracidad. Esto puede generar indefensión en el resto de personas, que
no
tienen por qué disponer de imágenes para demostrar su inocencia.
En
cuanto a las agresiones de uno de los escoltas que se aprecian en el
video, así como las presuntas mentiras declaradas ante el juez y las facturas
falsificadas, estamos estudiando la posibilidad de emprender acciones
legales. Para defendernos nosotras y para aportar nuestro granito de
arena a que no vuelva a ocurrir algo así.
Aprovechamos
para agradecer la multitud de apoyos que estamos recibiendo, especialmente en el ámbito universitario, pero también para incidir en que ni el CEUC ni el Rector de la Universidad de Cantabria han explicado aún a
día de hoy por qué se nos impidió acceder al acto, provocando una
protesta que posteriormente desencadenó un proceso judicial que imputa
hasta 12 años de cárcel a 9 jóvenes, en su mayoría estudiantes o
antiguos estudiantes de la Universidad. Si el equipo de Ignacio Diego presionó al Rector José Carlos Gómez Sal para que nos impidiera el paso y después se desmarcó para quedar como un demócrata o justificar la escasa asistencia al acto, la sociedad cántabra merece saberlo.
De cualquier forma, esperamos que con estas esclarecedoras imágenes el
montaje político-policial que estamos sufriendo, que
nunca debió ponerse en marcha, llegue de una vez a su fin. Y que nunca vuelva a ocurrir.
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